Rediseño mi web (sale mal)

Esta web es para mí una especie de campo de pruebas; siempre que la rediseño (cada uno o dos años) trato de incluir alguna tecnología nueva. Bien sea un framework de CSS, alguna característica nueva de Next.js o bien una nueva librería.

Tampoco me complico en exceso, utilizo Figma para crear un boceto de lo que quiero y enseguida lo empiezo a programar.

Un esbozo de mi nueva web en Figma
Un esbozo de mi nueva web en Figma

En esta ocasión, lo que he querido hacer ha sido simplemente incluir una nueva forma de manejar el CSS y alguna que otra refactorización; añadir nuevas secciones como una integración con Pixelfed o esta nueva página de Memorias. Tradicionalmente he usado CSS Modules y, aunque me gusta cómo funciona, no veía que fuese la solución más óptima.

Mal hecho

Comencé dándole vueltas a varias opciones como Tailwind, Styled Components y alguna que otra librería. Al final decidí utilizar Vanilla Extract. La idea de utilizar Typescript y CSS parecía atractiva y fácil de implementar.

Aún con la decisión tomada, decidí preguntar en Mastodon la opinión del público.

A lo que mi compadre Víctor respondió:

Tenía que haberle hecho caso

Utilizar una solución como Vanilla Extract es algo así como matar moscas a cañonazos o reinventar la rueda. No voy a negar que me gustaría explorar alguna que otra opción, pero la verdad es que CSS Modules funciona a la perfección. Por eso, desistí en mi intento y comencé a refactorizar la web mezclando ambas soluciones, algo que tengo planteado migrar poco a poco de vuelta a CSS Modules.

Ahora mismo la web funciona a medio gas. El modo oscuro no está del todo optimizado, las tecnologías están mezcladas y hay un batiburrillo que me gustaría haber evitado.

Si algo funciona, a veces no es tan necesario que lo toques.